La reproducción de las desigualdades: negociaciones en la Organización Mundial del Comercio

En el «campo del poder político» la lucha por las definiciones parece signada de antemano, aunque muchos no quieran reconocerlo o asuman ciertas acciones como ingenuidades de quienes no pecan de ese defecto. Esa es la óptica del análisis de Walden Bello sobre las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio.

En su artículo «¿Negociaciones de la OMC en aprietos? no hay que fiarse», Walden Bello, director ejecutivo de Focus on the Global South y profesor de sociología en la Universidad de las Filipinas, analiza el rumbo de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El autor señala que, bajo el velo de lo que aparenta ser un estancamiento, se esconde un proceso que apunta a un descenlace favorable a los países desarrollados, si la sociedad civil no interviene activa y rápidamente. «Estamos entrando al período más peligroso de las negociaciones, el momento en que se logra o se frustra un acuerdo. Los próximos cuatro meses determinarán si la OMC se consolida como el motor de la liberalización del comercio mundial e ingresamos al Mundo Feliz de una liberalización aún mayor, o si el proceso de retracción de la liberalización del comercio se fortalece y se invalida a la OMC como mecanismo de la globalización».En la última sesión del Consejo General de la OMC, a fines de julio, no se había alcanzado acuerdos sustantivos en ninguna de las áreas cruciales, lo que, según los observadores, denotaba la incapacidad del organismo para proyectarse positivamente en la reunión ministerial a realizarse en Hong Kong en el mes de diciembre.

El desacuerdo que se patrocina parece no ser total, destaca Bello, limitándose a áreas de interés para los países en desarrollo, mientras que se obtienen acuerdos en las áreas en las que los países desarrollados concentran su interés. Mientras no se logra un nivel de protección importante para la industria de los países en desarrollo, mediante la aplicación de los principios de ‘reciprocidad menos que plena’ y ‘trato especial y diferenciado’, se logra la convergencia sobre una fórmula no lineal para la reducción de aranceles, aplicable a todos los productos. «La fórmula de la Ronda Uruguay que estipulaba una reducción promedio de los aranceles para toda la industria, pero dejaba librada a las autoridades nacionales la determinación de los aranceles a aplicarse a cada producto específico, no está ni siquiera en discusión».

De todos modos, señala Bello, la agricultura sigue siendo la llave para hacer avanzar o desbandar el proceso; es muy importante que se de un impulso renovado a las resoluciones pendientes en esta esfera para poder despejar el camino también hacia otras áreas de la negociación: «Si no hay movimiento en las negociaciones agrícolas, cualquier movimiento que haya en las otras esferas no será suficiente para conformar un paquete de liberalización exitoso en Hong Kong». En tal sentido, el autor insta a los países del G33 para que actúen con mayor agresividad y exijan el logro de un acuerdo justo sobre Productos Especiales y Mecanismos de Salvaguardia Especial en las negociaciones sobre agricultura. Además insiste para que los gobiernos no acepten las concesiones del Modo 4, que sólo liberaliza la mano de obra calificada dejando a los trabajadores migrantes en la actual situación de desamparo y marginalización.

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Por otros textos del mismo autor: http://www.nadir.org/nadir/initiativ/agp/free/bello/
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