El TiSA «no es un hecho aislado», sino que forma parte de una «estrategia general que va contra el desarrollo de los países y contra las clases trabajadoras», aseguró Roberto Kreimerman, ex ministro de Industria, sobre el Acuerdo de Liberalización de Comercio de Servicios (TiSA, por su sigla en inglés). «Refleja cabalmente la mirada de muchas transnacionales pero más cabalmente la mirada total del modelo de acumulación», agregó durante un seminario realizado el martes.
Para el ex jerarca el «negocio de las necesidades humanas» es la primera consecuencia que el TiSA puede tener en el país. Kreimerman integró el gobierno de José Mujica, cuya administración fue la que decidió que Uruguay se sume a las negociaciones por el acuerdo. «En la medida que intensifica fuertemente la producción de bienes le es insuficiente generar sus ganancias a través de los sectores tradicionales y pretende incorporar nuevos sectores que todos pensamos que no son comercializados, como la educación y la salud».
Explicó que el acuerdo genera una «disminución del poder de negociación y de mejora de las clases populares de los países en desarrollo». Además mencionó los daños que pueden sufrir la diversificación de la matriz productiva, el rol de las empresas públicas y la fuerza de los trabajadores, las «tres estrategias fundamentales» que tienen esos países para cambiar su economía.
«Los tres elementos se inhiben totalmente, pues el acuerdo pone en pie de igualdad a sectores no desarrollados en estos países con sectores desarrollados en otros países. Crea una suerte de tercerización y desaparición de cualquier posibilidad futura de desarrollo», añadió.
En ese sentido, agregó que con el TiSA las empresas públicas pierden monopolio. «Se ha dicho en alguna declaración pública que es la pérdida de la telefonía básica. No, es la pérdida de muchos más sectores que fueron trabajosamente mantenidos por el pueblo uruguayo, en los cuales el rol de las empresas públicas desaparecería totalmente al pretender que las ventajas que tienen sean ofrecidas a empresas privadas».
Kreimerman afirmó al cierre de su intervención que hay «para perder mucho y ganar muy poco», pues toda la negociación que el gobierno lleva adelante «es aposteriori de saber que se trata de entrar no en un riesgo sino en una certeza total».
Universidad preocupada. La Universidad de la República también mostró reparos al TiSA durante la sesión del martes de su Consejo Directivo Central. Según informó «La Diaria», a partir de un documento encargado a Lincoln Bizzozero, profesor grado 5 de la Facultad de Ciencias Sociales, se decidió formar una comisión que estudie el acuerdo.
«Me preocupa qué es lo que se está negociando», afirmó Hugo Calabria, decano de la Facultad de Odontología.
Fuente: Búsqueda