Preocupa celeridad para aprobación de transgénicos en Uruguay

En el Día Mundial del Medio Ambiente:

De las 10 variedades transgénicas aprobadas hasta el momento en Uruguay, ninguna de ellas ha pasado por un proceso de evaluación de riesgos adecuado. En las siete últimas aprobaciones de 2009, especialistas nominados para hacer ese trabajo dejaron constancia de que se les brindó muy poco tiempo para cumplir con su cometido.

REDES-Amigos de la Tierra Uruguay advierte sobre la falta de un proceso de aprobación serio y responsable que brinde tranquilidad a la población sobre los impactos de los transgénicos en el medio ambiente y la salud humana. Recuerda además que una investigación propia en convenio con varios departamentos de las Facultades de Agronomía, Ciencias y Química de la Universidad de la República, detectó durante la zafra 2007-2008 contaminación transgénica en cultivos de maíz.

Las últimas siete variedades transgénicas aprobadas en el país no atravesaron un proceso de evaluación de riesgos adecuado, alerta REDES-Amigos de la Tierra Uruguay.

Cinco de ellas fueron variedades de maíz, pertenecientes a las empresas transnacionales Monsanto, Syngenta y Pioneer/Dow. Se autorizó su inclusión en el Ensayo Nacional de Cultivares que realiza el Instituto Nacional de Semillas (INASE), paso previo a su liberación comercial. Estos maíces son tolerantes a los herbicidas glifosato y/o glufosinato de amonio en algunos casos y resistentes a ciertos lepidópteros en otros. Las empresas presentaron sus solicitudes durante julio de 2009 y el 31 de agosto el Gabinete Nacional de Bioseguridad (instancia política interministerial resolutiva) decidió autorizar los nuevos transgénicos, luego del proceso de evaluación que debe pasar por varios grupos de trabajo, entre ellos el de los expertos.

Resulta alarmante que en menos de dos meses se aprobaron cinco nuevos eventos, mucho más cuando los técnicos reconocieron que se les dio un plazo muy breve (de una semana en algunos casos) para expedirse. Los expertos señalaron que con ese tiempo era imposible realizar un análisis caso a caso por lo que sólo hicieron consideraciones generales basadas en el historial de aprobaciones de estos eventos en otros países. Varias organizaciones sociales hicieron saber a su vez que nada se les consultó ni se les avisó sobre las variedades propuestas. La consulta pública consistió en un espacio virtual en la web de una semana para manifestarse en relación a las solicitudes. La convocatoria a esa consulta consistió en un aviso publicado en dos diarios durante un fin de semana, tres días antes de su comienzo. Ninguna organización interesada en la temática se enteró de esa instancia. El resultado de la “consulta” fue que ningún ciudadano se manifestó, lo que indica que el mecanismo aplicado fue un fracaso ya que el objetivo es que la ciudadanía participe.

Con respecto a los otros dos eventos aprobados el año pasado, que fueron de soja, uno de Monsanto tolerante al glifosato y el otro de Bayer tolerante al glufosinato de amonio, pasó algo muy similar. Varios de los expertos volvieron a destacar que es incompatible en plazos de una a dos semanas llevar adelante los procedimientos que se deben cumplir en la instancia de evaluación de riesgos. Realizaron sus informes nuevamente en base a informaciones presentadas por los solicitantes, antecedentes de aprobaciones en otros países y a que en Uruguay ya se planta soja transgénica. La consulta pública tuvo las mismas características que para los casos de maíces e idéntico resultado, cero participación.

En este caso se aprobó la siembra de 1.500 hectáreas con estos dos eventos para producción de semillas para exportación. En lugar de considerar que la solicitud era para una liberación comercial, se la tomó como una “liberación a escala de campo en condiciones controladas”. Esto permitió a las empresas sembrar la soja en la zafra 2009-2010 ahorrándose los dos años de evaluación de cultivares que realiza el INASE a cualquier variedad nueva que se introduce al país.

Tanto para los casos de maíces como los de soja, los comentarios realizados por escrito por los técnicos advirtiendo del poco tiempo que tenían para hacer un trabajo serio se pueden leer en “La coexistencia excluyente. Transgénicos en el Cono Sur – El caso urugayo” (www.redes.org.uy).

Años atrás, el primer evento transgénico del país, la soja RR (Monsanto), se liberó sin ningún tipo de evaluación de riesgo. Los dos eventos de maíz aprobados después, el MON810 (Monsanto) y el BT11 (Syngenta), también atravesaron por análisis de riesgos “no conducidos correctamente”, como reconoció en un informe la propia Dirección Nacional de Medio Ambiente (ver cita anterior).

Las nuevas aprobaciones de transgénicos parecen arrastrar entonces errores ya cometidos en los procesos de evaluación de riesgos realizados años antes, no por impericia de los expertos consultados sino por el apuro de las instancias de decisión política involucradas en el proceso. Desde REDES-Amigos de la Tierra Uruguay señalamos que la celeridad con que se analizan los nuevos eventos transgénicos presentados es directamente proporcional a los riesgos ambientales y sanitarios asumidos como país, amenazando a nuestros productores locales, la soberanía alimentaria y la salud de la población.

Por más información:

REDES-Amigos de la Tierra Uruguay
Pablo Galeano
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