http://www.flickr.com/photos/delphine-degache/Ante una nueva celebración este viernes del Día Mundial del Agua, REDES – Amigos de la Tierra Uruguay advierte con profunda preocupación que el gran desarrollo de los agronegocios en el país, con sus paquetes de agrotóxicos, han puesto en grave peligro las principales cuencas, entre ellas la del río Santa Lucía, que abastece a alrededor del 60 por ciento de la población nacional de agua potable.

Pasó de ser un secreto a voces, a ser denunciado por el sector científico reiteradas veces, por los ecologistas y hasta admitido por parte del poder político. El modelo de los agronegocios, con el desarrollo de la soja y la forestación como emblemáticos, más otros sectores como el arrocero, con sus agrotóxicos de por medio, hacen que tomar agua de la canilla no sea seguro hoy en Uruguay.

Los sucesos de las últimas semanas, con un suministro de agua con muy mal olor y sabor en Montevideo y al menos buena parte de la zona metropolitana, no hacen más que confirmar lo ya conocido: la agricultura industrial a gran escala, con su carga de agrotóxicos y fertilizantes incentivan la proliferación de algas verdes, algunas de ellas tóxicas (microcystis), en nuestras aguas, haciendo de Uruguay un país de campo despoblado y con su salud amenazada.

“Lo que está pasando es que la mayor parte de nuestras vías de drenaje están saturadas, con niveles de fósforo por encima de lo que indica un nivel de eutrofización, o sea, contaminación severa”, dijo el profesor Daniel Panario, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, en nota publicada ayer por el diario El Pueblo de Salto.
El aumento de la población de estas algas en el agua está directamente vinculado con el uso de fertilizantes. REDES – AT ha advertido en reiteradas oportunidades, inclusive a través de la publicación de varios videos, sobre los efectos de los agronegocios, y especialmente de los agrotóxicos, sobre las poblaciones de nuestro medio rural y las fuentes de agua. (Ver por ejemplo “Agua propia, negocio ajeno”: http://vimeo.com/51345603 y “Efectos colaterales”).

En los hechos, la verdad es que buena parte de las poblaciones, inclusive la de Montevideo, que toma agua de Paso Severino (es de los lugares que tienen explosiones de esas algas tóxicas), está siendo afectada, según la información de Panario. “Por supuesto, el río Uruguay, en todo su recorrido, Salto, Paysandú, Fray Bentos, Colonia y Juan Lacaze, cuando llega el verano, están tomando agua contaminada con microcystina. Las plantas potabilizadoras de OSE no tienen filtros de carbón activado, no filtran la microcystina”, sentenció.

El director de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), Jorge Rucks, sostuvo el año pasado ante el Parlamento que “en términos generales estamos preocupados por la situación del mal uso de los agroquímicos y por la situación de impactos sobre los cuerpos de agua”, según nota publicada por el diario El País el 16 de octubre.

REDES – AT se suma al alerta y agrega que esta situación de contaminación severa de las fuentes de agua aumentará, ya que no hay ninguna medida tomada para revertir estos procesos y controlar el aumento de las plantaciones industriales de árboles, soja, maíz y arroz, ni el uso de los agrotóxicos. El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y especialmente el de Ganadería, Agricultura y Pesca han dejado mucho que desear en este sentido. Productores de diversas partes del país han denunciado el uso abusivo por ejemplo del herbicida glifosato en las plantaciones de soja transgénica, y por lo general lo que han encontrado son oídos sordos de nuestras autoridades.

En diciembre de 2011 REDES – AT alertó que el Contrato de Inversión firmado entre Uruguay y la empresa forestal celulósica Montes del Plata, que instala una planta de celulosa en Punta Pereira (Colonia), prevé la posibilidad de que la compañía acceda a plantaciones forestales en un radio máximo de 200 kilómetros de esa localidad. El documento dice expresamente que se aprovecharían los suelos 5.02b para aptitud forestal.

Si se resolviera autorizar forestar los suelos 5.02b, la cuenca del Santa Lucía quedaría con el 44,4 por ciento de su superficie bajo el régimen de prioridad forestal, y los monocultivos forestales comprometerían seriamente la capacidad de la cuenca de abastecer de agua potable al área metropolitana de Uruguay. Asistimos a procesos de privatización de hecho de las fuentes de agua en el país, para favorecer además a empresas y no el suministro a seres humanos. Se trata de dos flagrantes violaciones a la Constitución de la República, con las modificaciones del Artículo 47 aprobadas por cerca del 65 por ciento de los uruguayos en el plebiscito de 2004. La riqueza de unos pocos la pagamos entre todos.

Por más información:
REDES – Amigos de la Tierra Uruguay
María Selva Ortiz
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